Una gran coalición para mejorar la situación de las mujeres rurales
En el mundo, la población femenina produce la mitad de los alimentos, pero siete de cada 10 mujeres pasa hambre.
Las mujeres que viven en el campo se caracterizan por la diversidad: son campesinas, pescadoras, artesanas, jóvenes y adultas. A pesar de que muchas son grandes productoras, exportadoras y líderes de organizaciones, todavía se las considera “la esposa del productor” o una “ayudante”, relegándolas a un rol subordinado. Además, reciben solo el 10 % de los ingresos en el mundo pese a realizar dos tercios de todo el trabajo. De 800 millones de personas analfabetas, las mujeres rurales constituyen hasta dos tercios y representan el 43 % de la mano de obra agrícola en el mundo.
En el caso de las jóvenes, trabajan más horas, pero menos horas remuneradas, por lo que suelen carecer de ingresos propios, lo que las hace más dependientes de sus padres, hermanos o pareja, lo que deriva en muchos casos en situaciones de abuso y control, y otras expresiones de violencia de género.
Más del 60 % de las familias más pobres están encabezadas por mujeres y viven en tierras marginales, sin acceso a los avances tecnológicos.
En definitiva, yo como futura educadora social, promovería la acción de los gobiernos a través de medidas eficaces para la mejora de la situación de estas mujeres rurales, debido a que como vemos son las que realmente gestionan y mueven el sector primario en gran medida.
Las mujeres que viven en el campo se caracterizan por la diversidad: son campesinas, pescadoras, artesanas, jóvenes y adultas. A pesar de que muchas son grandes productoras, exportadoras y líderes de organizaciones, todavía se las considera “la esposa del productor” o una “ayudante”, relegándolas a un rol subordinado. Además, reciben solo el 10 % de los ingresos en el mundo pese a realizar dos tercios de todo el trabajo. De 800 millones de personas analfabetas, las mujeres rurales constituyen hasta dos tercios y representan el 43 % de la mano de obra agrícola en el mundo.
En el caso de las jóvenes, trabajan más horas, pero menos horas remuneradas, por lo que suelen carecer de ingresos propios, lo que las hace más dependientes de sus padres, hermanos o pareja, lo que deriva en muchos casos en situaciones de abuso y control, y otras expresiones de violencia de género.
Más del 60 % de las familias más pobres están encabezadas por mujeres y viven en tierras marginales, sin acceso a los avances tecnológicos.
En definitiva, yo como futura educadora social, promovería la acción de los gobiernos a través de medidas eficaces para la mejora de la situación de estas mujeres rurales, debido a que como vemos son las que realmente gestionan y mueven el sector primario en gran medida.
Fuente: Google. |
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